Cáparra

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LA CALZADA DE LA PLATA Y SU EVOLUCIÓN

No está claro el origen de la denominación “Camino de la Plata”, que se generaliza para este itinerario desde finales de la Edad Media. Algunos autores han señalado que esta denominación podría tener sus antecedentes en una evolución lingüística del término al-Balat con el que los árabes se referían a los caminos empedrados. Uno de los documentos más importantes para conocer los orígenes de esta calzada es el denominado “Itinerario de Antonino”, un repertorio de los principales caminos del Imperio Romano, redactado posiblemente a lo largo del siglo III después de Cristo. En este documento, se cita la ciudad romana de Caparra, emplazándola a ciento diez millas de Mérida. Este aspecto ha podido ser confirmado con el descubrimiento de una piedra miliar en las inmediaciones del Arco, que indica precisamente esta distancia. Este importe testimonio histórico se ha perdido, pero hoy día puede verse una reproducción con la correspondiente  inscripción epigráfica, en las inmediaciones del Arco, junto al trazado del camino.

 

A partir de los siglos IV-V después de cristo, se produce una decadencia general de las ciudades romanas de Hispania a la que tampoco escapa Caparra. En estas fechas, se produce una destrucción y abandono progresivo de diferentes zonas de la ciudad y la reutilización de algunos de sus espacios urbanos, inicialmente públicos, para la construcción de dependencias y construcciones un tanto marginales, de uso privado. En estos momentos, el trazado original de la calzada romana se pierde, si bien la importancia de este camino hace que su uso prevalezca a lo largo del tiempo como camino comercial y sobre todo ruta ganadera. En relación a estas actividades se citan en diversas fuentes las “Ventas de Caparra”, establecimientos de los que se tiene noticia desde el siglo XVI y que ocuparon buena parte de la traza física de la propia Vía de la Plata.

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